¿Quién no ha soñado con tener una chimenea en su casa? Son elementos decorativos únicos y funcionales, crean un ambiente acogedor y general calor.
Las chimeneas abiertas tienen un encanto especial y único, se pueden ver los leños arder sin ningún impedimento visual, y escuchar el hipnotizante crepitar de las llamas. Supone una imagen de lo más romántica, un ambiente de película.
¿Necesitas deshollinar tu chimenea?
Llámanos al móvil de la empresa 605 891 400 o a nuestra tienda de Segovia 921 00 32 29 para darte presupuesto sin compromiso.
Qué es una chimenea abierta
Las chimeneas de cassette o insertables son aparatos fabricadas en fundición (aunque también pueden llevar otros materiales refractarios, como vermiculita o cerámica); cuyas piezas se juntan y se sellan, en forma de rectángulo o cuadrado, y con una puerta de cristal; cuya función es emitir calor a una o varias estancias de una vivienda.
En el interior del cubículo se encuentra la cámara de combustión, donde tendrá lugar la combustión de leña. Dispone de un tiro en la parte superior, para expulsar los gases tóxicos que emite el fuego, y al menos, una entrada y una salida de aire, que se pueden controlar al gusto.
El cassette o insertable va integrado en una estructura de chimenea, ya sea en piedra, pizarra, granito, ladrillo, o en pladur, este último se puede pintar o revestir con piedra.
En definitiva, son aparatos que resisten las altas temperaturas de las llamas, y producen energía calorífica, insertados en una decoración y convertidos en el punto focal de la estancia.
Las chimeneas abiertas son hogares de llama abierta, es decir, sin cristal. Suelen ser chimeneas de ladrillo, instaladas de obra o prefabricadas. En los modelos más modernos, en su interior, se suele encontrar ladrillo refractario o una estructura de hierro, cuyo objetivo es intentar aprovechar mejor el calor de las llamas.
Antiguamente eran grandes espacios para cocinar y calentarse, hasta que los europeos con alto poder adquisitivo, empezaron a incluir chimeneas en estancias con el único fin de calentarse. Hoy en día aún existen en muchas casas, tradicionales y de nueva construcción.
Sin embargo, este tipo de chimenea no se debería considerar una solución de calefacción, ya que tienen un su escaso rendimiento, generan una elevada cantidad de gases nocivos y resultan costosas, ya que consumen bastante más leña que las cerradas.
Hoy en día, las chimeneas abiertas deberían ser un objeto de decoración para encenderse poco y a modo “decorativo”, simplemente para disfrutar de la llama o para cocinar en las brasas. Es decir, una chimenea para ocasiones especiales en las que se quiera disfrutar de la visión de las llamas.
Problemas de la chimenea abierta
Como hemos comentado antes, las chimeneas abiertas deberían considerarse un elemento decorativo para encender ocasionalmente, esto se debe a que este tipo de chimeneas conlleva más perjuicios que beneficios, en comparación con otros sistemas biomasa.
Más sucias
Como la chimenea abierta no tiene puerta ni ningún otro sistema de control y optimación de la combustión, al quemar leña, se emiten una serie de compuestos no deseados y un polvo fino, que contamina el aire y ensucia las superficies colindantes.
El propio humo que genera la combustión, entra en la vivienda y deja las paredes negras. Además, el magnifico crepitar de la madera, puede hacer que salten chispas y residuos fuera de la chimenea. Y, al tener una combustión tan descontrolada de la leña, se generan muchos más restos de combustible y más hollín.
También son muy sucios y peligrosos los alquitranes y creosotas que se forman en los conductos de evacuación, al tener un tiro tan amplio, el humo se enfría demasiado rápido y genera estas sustancias tan peligrosas, inflamables y muy sucias, que se adhieren en el interior de salida de humos, y son bastante difíciles de limpiar.
Gases tóxicos
En el humo que se genera por la combustión de la madera lleva sustancias tóxicas; está repleto de polvos, hollín, partículas de carbón, piro-bencenos y otros compuestos inquemados, cuya inhalación puede resultar cancerígena; para que os hagáis una idea de lo malos que son sus efectos, son los mismos que produce el tabaco en el sistema respiratorio de un fumador.
El gas más tóxico que genera este tipo de chimeneas es el monóxido de carbono, el cual se produce cuando el oxígeno o la temperatura son insuficientes.
Cuando una persona se ve expuesta al monóxido de carbono, esta sustancia se acumula en la sangre y causa síntomas como mareos, náuseas, somnolencia… y, en casos de larga exposición, la asfixia inadvertida de las víctimas, comúnmente conocida como la muerte dulce.
Además, estos gases son muy contaminantes con el medio ambiente. Existen países en los que se ha llegado a prohibir el uso de este tipo de chimeneas por su alto nivel de contaminación.
Rendimiento
Las chimeneas abiertas, como hemos comentado, tienen el tiro abierto y bastante grande, por lo que es imposible controlar el flujo de aire de la zona de combustión, produciéndose una gran pérdida del calor producido; tienen un rendimiento es pésimo, en torno al 20%.
Para intentar evitar intoxicaciones, incluso muertes, disponen de un tiro excesivo para evacuar los humos. Este tiro deja entrar aire frío que dificulta alcanzar la temperatura de ignición y, se quedan muchos elementos inquemados, incluso se genera alquitrán o creosota.
En resumen, es un proceso tan rápido que no da tiempo suficiente para que intercambie el calor con la habitación. Por ello su rendimiento es tan escaso.
Consumen más
Al no disponer de un control de tiro, ni de una puerta que corte la entrada de aire de la habitación y del conducto de humos, la leña está expuesta a mucho oxígeno, por lo que se consume sin control; esto se traduce en un gasto innecesario de combustible.
Menos seguras
¿Por qué? Pues por lo que ya te hemos comentado, emiten gases tóxicos y polvos muy perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Porque, a pesar de estar instalada correctamente, es un espacio al que un niño y/o mascota puede acceder de manera voluntaria y/o accidental.
En general y como podéis ver en este artículo, las chimeneas abiertas, por muy bonitas que sean, tienen más contras que pros.
Si quieres instalar una chimenea de cassette o insertable…
Llámanos al móvil de la empresa 605 891 400 o a nuestra tienda de Segovia 921 00 32 29 para darte presupuesto sin compromiso.
Solución a los problemas de las chimeneas abiertas
Existen varias formas de hacer transformar la chimenea abierta en una más segura y funcional. Se puede instalar un control de tiro, una válvula con la que poder regular el aire que pasa por el conducto de humos (este sistema ayuda a evitar que se escape todo el calor por el tiro). Otra opción es instalar una puerta en la boca de la chimenea, con un tiro que permita controlar la cantidad de aire que entra en la estancia.
En DeshollínSegovia recomendamos instalar un cassette o insertable en la boca de la chimenea y entubarlo hasta tejado. Esta es la única opción resuelve todos los problemas de las chimeneas abiertas. Rendimiento de hasta el 80% o más; control de la combustión, control de tiro y del calor que llega a la estancia; son más limpias; tienen una baja emisión de gases contaminantes a la atmosfera; actualmente llevan un sistema de doble combustión para aprovechar al máximo el combustible y generar menos residuo y gases contaminantes; con menos combustible se obtiene más calor; y lo más importante, son más seguras.